" El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio"
Séneca
Viernes, un día más una semana más,
un año más, el espejo siempre termina por escupir la verdad, sin excusas,
filtros, culpables o circunstancias, se vuelve un juez implacable que no
escucha pretextos, simplemente refleja realidades que nos golpean cada mañana y
que tratamos de suavizar con una afeitada y una limpieza bucal.
El olvido ha abrazado mis años
universitarios, apenas recuerdo cuando quería ser Ingeniero y me topé con ese
Polaco que me dio teoría electromagnética dándole a las leyes de Maxwell una
importancia que no tenían. ¿Qué le costaba ayudarme? ni que me fuera a dedicar
a la investigación de cargas y campos, yo solo quería diseñar instalaciones
eléctricas, trabajar en el ramo de la construcción que es donde está el dinero,
maldito Polaco, mil veces maldito, ojalá hubiera sido uno de tantos que murieron
en manos de los alemanes en los 40s.
Por fin ha llegado el viernes, este sí
que lo he esperado con sentido de urgencia, se me ha terminado el licor y el
temblor ya se me nota. Lo que no me gusta es que habré de pararme en esa fila
que en ocasiones parece interminable, sujeto a las miradas inquisidoras de
todos, miradas que ya te han juzgado y dictado sentencia. Malditos, que saben
ellos de mi historia, de los trabajos de mierda que he tenido, de las mujeres
que me han desamado, del desprecio de la familia, de los amigos y hasta de los
hijos.
Lo de menos sería levantarme más
temprano, llegar primero, pero siempre hay un mundo de gente formada, pareciera
que los miserables del mundo duermen ahí, a la espera de las migajas que el
gobierno se digna arrojar y que muestra al mundo como uno de sus mayores logros
sociales.
Mañana habré de asistir al discurso
del senador Domínguez, quiere ser presidente, está promoviendo una iniciativa
para disminuir la ayuda social, quien se ha creído, que derecho le asiste, no
se trata de su dinero, es del pueblo y sus estratos, ni más ricos ni más
pobres, porque se mete conmigo, que no tuve sus oportunidades, sus influencias,
su dinero, que no participé de sus corruptelas, que se joda, no sabe con quién
se mete, cuando baje del estrado lo estaré esperando, hundiré mi navaja en su
abultado vientre tantas veces como pueda, una por cada ofensa que este país me
ha infringido, por cada trabajo que me ha negado, por cada mujer que me ha
mirado con desprecio, por cada uno de los que hacemos fila cuando sabemos que
merecemos otro destino, quien se ha creído el hijo de puta.
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