jueves, 3 de noviembre de 2011

Bruja del desierto





Desde que leíste la convocatoria la idea robó tu atención, tu diseño se ajusta perfectamente al tema y aunque te especializas en barro decides probar suerte. Te pones en contacto con el maestro escultor.



Le mandas tu proyecto por correo, a los tres días te responde mostrando interés pero preguntando que otros trabajos has realizado, decides telefonear y hablarle de frente, tienes 23, estudias en Guanajuato y nunca has trabajado el mármol pero sabes que el arte puede darse esas libertades, lo que tienes es un bosquejo en barro y unas ganas enormes de trabajar. Al decirle que te llamas Ricardo y te apellidas Rodríguez enseguida te asocia con aquel chaval que hasta el 2009 mantuvo el récord de ser el piloto mas joven en correr una F1, aunque a los 20 en el 62 se despide de este mundo cuando la falla de una suspensión decide incrustarlo en el riel de protección de una curva peraltada. Le dices que no, nada que ver con el legendario fantasma, lo tuyo es el arte, en cualquiera de sus manifestaciones.


Le explicas que tu obra tiene que ver con la recomposición de las sociedades, la llamas la Bruja del desierto, aquella planta (o persona) que al terminar su contrato con la vida y ser arrancada por el viento (federal, estatal, municipal, equis, ye o zeta) de alguna manera se asegura de dispersar sus semillas (ideas) en su ultimo viaje (hacia la muerte) para generar nuevamente vida (libertad). Te espeta un ¿Que te metiste? y tu solo alcanzas a sonreír cuando percibes un su tono de voz un dejo de interés.


Si maestro, en La Laguna las conocen como rodadoras y los libros como estepicursores, ya se, que nombrecito, una regla de la ciencia siempre ha sido hacer a un lado los nombres simples.


Cuando cuelgas no sabes si lo has convencido, pese a eso, preparas tu equipaje y le dices a tu mujer que tienes un viaje en puerta.


No puedes dormir, el proyecto literalmente te ha embrujado,te sueñas trabajando el mármol, y visualizas cada detalle del proceso y la obra por fin terminada vistiendo alguna calle de Gómez Palacio.

Aunque naciste en La laguna, prácticamente no la conoces, la única referencia que tienes es cuando hace dos meses, por el 13, en un Santos - Morelia viste al Hachita Ludueña corriendo mientras las balas de los malos sembraban pánico en el estadio y pusieron a Torreón en el mapa noticioso del planeta.


Tal vez por eso la inquietud, el insomnio, tal vez por eso vas, a dejarle una parte de ti a esa tierra que te vió nacer y que está pagando deudas que nunca contrajo, una tierra que al abuchear al presidente de la república cuando se inauguró ese mismo estadio, firmó su inclusión en la lista de las regiones donde habita el olvido.

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